sábado, 29 de septiembre de 2012

Harry Potter y las reliquias de la muerte



El último libro de la entrega de Harry Potter es la culminación de la lucha entre el bien y el mal que nos viene anunciado desde la primera página del primer libro. Harry y sus amigos no volverán a Hogwarts, que se ha convertido en un feudo de Voldemort, y la novela comienza con una espectacular huida de los mortífagos.
La labor de Harry, diseñada por Dumbledore, es destruir el resto de los Horrocruxes. Pero primero hay que encontrarlos, luego hay que romper su poder y para eso es necesario algo más que valor y habilidad. Ron y Hermione le ayudarán, pero el desánimo llena la primera parte del libro, cuando no parece haber salida ni solución. Tras escapar una vez más de Voldemort, los sucesos se precipitan y, uno tras otro, van cayendo los Horrocruxes mientras los tres amigos averiguan datos sobre las reliquias de la muerte, que se entrelazan con toda la historia una y otra vez.
La lucha final está servida. Se desarrolla en Hogwarts y, tras trágicas muertes entre los amigos del bien, la escena final, con el sacrificio de Harry y su posterior victoria, es épica aunque algunos detalles hubieran precisado una mayor explicación.
El capítulo final era necesario. Es una historia para niños y adolescentes. Debe tener un final feliz.

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