sábado, 31 de mayo de 2014

El tango de la guardia vieja


Hacía tiempo que no leía a Pérez Reverte. Y he recordado por qué me gustaba. Esta novela, que salta de los felices años 20 a la década de los 60, pasando de puntillas por un breve episodio en 1937, hila de tal manera el argumento que no podemos más que sentir una gran simpatía por los dos personajes principales.
Por un lado, Max, un niño argentino que se instaló en España y quiso ser un caballero, tener dinero, vestir bien y tener bellas mujeres. Por otro lado, Mercedes o Mecha, joven española de la alta sociedad, casada con un brillante compositor.
Esos dos personajes se encontrarán a bordo de un barco que se dirige a Buenos Aires, barco donde Max es un empleado cuya tarea es entretener, bailando, a las nobles damas que viajan en él. Ya en el primer tango que bailan Max y Mecha se intuye que hay una historia latente, incluso estando por medio el marido de Mecha, quien también simpatiza con Max. Tras el desembarco, la relación continúa y desemboca en algo que Max, que en el fondo es un buen chico, no tenía previsto ni sabe cómo manejar, y acabará huyendo.

Un encuentro fortuito unos años después en Niza, una triste despedida, y un nuevo encuentro ya pasados los sesenta años. Pero ahí siguen los sentimientos, y Max no podrá evitar volver a las andadas, sobre todo cuando Mecha le haga una revelación sorprendente, y una petición no menos sorprendente… 

No hay comentarios:

Publicar un comentario