domingo, 6 de julio de 2014

Legítima defensa


John Grisham es, para mí, un valor seguro. Pero en esta ocasión me ha aburrido un poco. La historia comienza con un joven apuntote licenciarse en Derecho, que por circunstancias ajenas a él ve cómo sus perspectivas laborales se hunden antes de comenzar a trabajar.  Conoce a una familia abrumada por la enfermedad terminal de uno de los hijos, que podía haber sido curada gracias a una intervención que su compañía de seguros se negó a financiar. Monta un despacho por su cuenta y trata de conseguir, con más ilusión que posibilidades, justicia para esta familia y este joven moribundo.
A la vez, sus circunstancias personales se ven complicadas al conocer a una joven maltratada por su marido, de la cuál se enamora sin saber cómo.

Es la narración de una cruzada contra las grandes compañías de seguros y su afán de acumular dinero, sin tener en cuenta a sus asegurados ni su salud. 

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