lunes, 28 de enero de 2019

Donde fuimos invencibles



Valentina Redondo sigue en Suances, con su enamorado Carlos Green, y todo parece ir bien, hasta que en pleno verano, cuando están a punto de coger unas merecidas vacaciones, muere un hombre en la Quinta del Amo, un maravilloso y antiguo caserón del pueblo. El hombre, que de hecho es el jardinero, parece haber fallecido de muerte natural, pero la intuición de la forense hace que se persone allí la Guardia Civil, en este caso Valentina y sus subordinados.
Todo parece normal, pero al día siguiente se declara un incendio en la casita exterior de la Quinta del Amo, falleciendo la empleada del hogar. Cuando se analizan sus restos, se comprueba que el incendio, aunque fue provocado, no la mató, sino que ya estaba muerta de un golpe en la cabeza.
En la casa se perciben cosas extrañas, quién sabe si serán antiguos espíritus, malvados o no, o quizá solo sea sugestión. Por la casa van a desfilar cazafantasmas, escépticos, médiums... todo para resolver un misterio que se va haciendo más hondo según van pasando las horas.
Quizá la novela de María Oruña, dentro de la trilogía de Cantabria, que menos me ha gustado. A lo mejor es que yo soy muy terrenal, y el asunto de los espíritus no acaba de llenarme…

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