jueves, 30 de julio de 2020

El instituto


Stephen King en estado puro. Un policía que tuvo un problema y ha acabado, despojado de su placa, trabajando como sereno en una pequeña población. Intuimos que tendrá un gran papel, pues claramente está infrautilizado.

Un niño listo, muy listo, que está a punto de entrar en dos universidades diferentes con apenas doce años, tiene también una pequeña habilidad que pasa casi desapercibida ante sus logras académicos: es capaz de mover levemente las cosas. Una telequinesia a un grado ínfimo. Pero esta telequinesia será la que marque su futuro.

Una noche, es secuestrado de su cama y aparece en El Instituto. Sus padres han muerto, aunque él no lo sabe (pero lo averiguará, es muy listo). En El Instituto hay varios niños y niñas, todos con TP (telepatía) o TQ (telequinesia) en diversos grados. Pronto comprenderá que son sujetos de experimentos y que su vida no volverá a ser la misma.

Allí consigue hacer amigos, y también entablará relación con una de las limpiadoras, quien le ayudará en su tarea: escapar y contar al mundo lo que está ocurriendo. Por supuesto, también contará con la ayuda de nuestro policía-sereno.

King siempre cumple con mis expectativas.


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