Kat Guinee es una joven
que está tratando de triunfar como pintora. Un día de nieve, con una gran
tormenta en Nueva York, se precipita desde una azotea. No vive en Nueva York,
no tiene familia en Nueva York, y nadie del bloque desde el que cayó parece conocerla.
Podría ser un suicidio, pero todos los que la conocen coinciden en decir que jamás
se quitaría la vida. Además, su móvil no aparece, y la postura en la que cayó
tampoco parece coincidir con un suicidio. Pero no hay una sola pista de la que
tirar, y los detectives que lo investigan se encuentran en un callejón sin
salida.
Años después, un escritor especializado
en investigar crímenes no resueltos se interesa por la historia de Kat Guinee.
Tirando de los hilos, encontrará una pequeña pista que le hará entrar en una
historia muy macabra.
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