miércoles, 26 de agosto de 2015

Grandes esperanzas


Cambiando por completo él género literario al que me dedico últimamente (la novela negra, básicamente), me decidí por volver a los clásicos. Charles Dickens me fascinó desde pequeña, y algunos de sus célebres personajes son dignos de ser recordados para siempre. Así es Pip, el protagonista de esta novela, un joven huérfano criado por su cruel hermana y su amable y fiel esposo en una aldea, cuyo destino parece ser el de convertirse en herrero, como su cuñado.
En la ciudad cercana hay una casa habitada por una rica señora medio loca, que adoptó a la huérfana Estella. Pip traba conocimiento con ellas, y esto será su perdición, pues se enamora de esta última y comprende que su mayor deseo será convertirse en un caballero para estar a su altura y tratar de merecerla.
Cuando es un adolescente, y su destino parece encaminado a la fragua, aparece un anónimo benefactor que le facilitará a Pip el instalarse en Londres, recibir una instrucción y convertir su sueño en realidad. Las grandes esperanzas que comienza a albergar respecto a su futuro son las que dan título a la novela.

Con personajes entrañables y magníficamente retratados, exagerados en sus caracterizaciones pero creíbles, este relato es un magnífico escaparate para la sociedad inglesa de la época.

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