sábado, 18 de junio de 2016

Lo que no te mata te hace más fuerte


No me suelen gustar las novelas continuación de otras, pero escritas por autores diferentes. Por eso empecé esta cuarta parte de la trilogía Millennium con muchas reservas. Pero no me ha defraudado.
El autor ha indagado en la psicología de Lisbeth Salander y de Mikael Blomkvist, y los caracteres se han mantenido con fidelidad a lo que eran en los tres libros anteriores. Le falta quizá un poco de profundidad en las relaciones, pero si conocemos las entregas anteriores comprendemos más.
Lisbeth está indagando y ha entrado en un sistema operativo americano aparentemente sin ninguna explicación lógica. A la vez, la revista Millennium se está yendo a pique y Mikael no sabe por dónde enfocar el asunto. Un eminente informático y científico huye de Estados Unidos y se refugia en su tierra natal, Suecia, haciéndose cargo de su hijo autista. Cuando es asesinado dejando un único testigo del crimen, el niño se convierte en un blanco para los criminales que quieren, a toda costa, ocultar su identidad.

Lisbeth Salander interviene para salvar al pequeño August, sabiendo que detrás de todo hay una mente pensante, malvada y degenerada, que tristemente lleva su propia sangre. La de su hermana Camilla.

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