viernes, 23 de diciembre de 2016

Sin límites (Departamento Q)


Tenía programado leer la última entrega del Departamento Q, de Jussi Adler Olsen. No puedo evitar, tras cinco entregas anteriores, sentir ya un cariño especial por los tres protagonistas: Carl, un pobre desgraciado que va arrastrando sus penas sin solucionar nada en su vida personal ni profesional; Assad, inmigrante cuyo pasado sospechamos como terrorífico pero del cual nos van dando información con cuentagotas; Rose, con problemas mentales de desdoblamiento de personalidad y aún así, concienzuda y cabal en su trabajo.

En esta ocasión, la trama comienza cuando Carl recibe una llamada de un policía a punto de jubilarse para pedirle que investigue la muerte de una joven, Alberte, en la isla de Oland. La joven murió hace diecisiete años, y se consideró un accidente con atropello y fuga. Pero el policía ha vivido obsesionado con descifrar la verdad del accidente, considerado por él homicidio. Tras no recibir una respuesta positiva por parte de Carl, el policía se quita la vida. Esto hace que nuestros protagonistas se pongan en marcha y empiecen a indagar en la vida de Alberte.

Las investigaciones les llevan al entorno de una religión nueva, relacionada con los ritos solares y la comunión con la naturaleza. El fundador de esta religión tuvo relaciones con Alberte en el pasado, y hoy vive tranquilamente en su comunidad. Pero en esta comunidad hay una malvada mujer que no está dispuesta a compartir a su pastor con nadie...

Una trama muy bien llevada, como todas las de esta entrega, con un final trepidante.





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