domingo, 23 de abril de 2017

La escritora


Acabo de devorar esta novela en apenas veinticuatro horas. Trescientas páginas después de haber empezado, aún no sé a qué carta quedarme con Lucrecia, una joven inteligentísima, con síndrome de Tourette. Este síndrome le provoca tics continuos y coprolalia (palabras obscenas), por lo que la joven es lo que comúnmente se llama “un bicho raro”. Ahora bien, eso no le impide escribir novelas que se venden muy bien, aunque eso sí, con seudónimo y sin entrevistas.

En su editorial, la estrella es Dana Green, quien realmente no es brillante, ni siquiera es escritora. Es simplemente una mujer que comenzó a chantajear al jefe, quien le proporciona “negros” para que escriban sus novelas. Cuando Dana muere de una manera horrible, devorada por las ratas, el inspector Gerard se hace cargo de la investigación y, aunque es apartado del caso, no dejará de investigar y descubrirá finalmente al asesino. Aunque a un precio verdaderamente muy alto… Y siempre con la duda del papel que Lucrecia haya podido jugar en toda la trama.

Eso sí, si te dan asco las ratas mejor te lo puedes ahorrar. O saltarte los pasajes.

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