martes, 4 de diciembre de 2018

Los señores del tiempo



Finaliza la trilogía de la Ciudad Blanca. Hemos visto a mi querido Kraken sufrir en silencio, pasar su duelo por tantos amigos muertos a lo largo de las dos novelas anteriores. Le hemos visto enamorarse hasta los huesos de Alba, su jefa, le hemos visto asumir con naturalidad su dudosa paternidad, le hemos visto cuidar de su abuelo centenario y de su hermano…
Y en esta ocasión, le vemos perseguir a un asesino que se basa en una novela, en un best seller que transcurre en la Vitoria medieval, y que mata como mataban en ella. Le vemos, con ayuda de Estíbaliz, su compañera y casi hermana, sospechar y casi acorralar a un personaje extraño, un personaje de los que ya no quedan, un señor casi casi medieval. Es cierto que a veces, las apariencias engañan, las personalidades engañan, incluso los muertos engañan.
Finaliza, sí, y finaliza con sorpresa. Con sorpresa no totalmente inesperada, también es cierto. Y, tristemente, he de decir, que esta tercera parte no ha llegado, desde mi punto de vista, a la maravilla que fueron las dos anteriores. Es una buena novela, sí, pero no está a la altura de sus predecesoras.

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