Me gustan las historias de zombies, no lo puedo evitar, y de
catástrofes donde la humanidad está en riesgo de extinguirse… Veo habitualmente
The Walking Dead, soy fan de Armageddon y películas similares. Por
eso pensé que este libro podía gustarme.
La historia es sencilla: una joven universitaria estudiante de
biología comienza a detectar que su compañera de cuarto se comporta de manera
extraña. Poco a poco lo ve en otras personas de su alrededor, y en pocos días
comprende que ella es la única persona normal de su entorno… También es la
única que dejó de beber agua del grifo por molestarle su olor y sabor.
La gente a su alrededor empieza a ponerse violenta. Más aún, cuando
se ponen violentos, se agreden y entonces es cuando comprende que en realidad
están muertos.
Por suerte conoce a un joven estudiante de química que está en la
misma situación que ella. Juntos tratarán de encontrar una cura para el mal que,
sospechan, se encuentra en el agua de la ciudad. Todo el planeta está ya contaminado
y el tiempo apremia… pero por el camino encontrarán el amor.
Creo que se podría haber conseguido mucho más de esta historia,
pero al fin y al cabo es de zombies y a la vez romántica… era difícil combinar
ambas cosas.
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