Estuve unos días en Bilbao
en mayo de este mismo año y me pareció una maravilla de ciudad, pues la
recordaba mucho más sombría. Y esta novela narra de manera magistral unos años
en los que la ciudad sufrió una transformación radical, tras las inundaciones
de 1983 (ya van dos libros que me las han relatado durante el último año).
Alberto es un joven
bilbaíno que abandona la ciudad para irse a estudiar a Madrid justo tras dichas
inundaciones, y que vuelve convertido en ingeniero para trabajar en la
construcción del Guggenheim. Apenas tiene arraigo en la ciudad, a pesar de
haber crecido allí. Pero nada más instalarse, conocerá a una joven en cuya
familia hay un misterio al que querrá darle respuesta. Y a la vez, los ecos del
pasado le atraen de la mano de su antigua novia de la adolescencia.
Como telón de fondo, un
Bilbao donde el miedo a levantar la voz en contra de ETA es una realidad entre
la sociedad civil, que empieza a despertar precisamente durante estos años.
Un broche final perfecto a
la trilogía de Modroño. Si no conoces Bilbao, te obligará a viajar para
conocerla. Y si la conoces, te gustará aún más.
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