jueves, 16 de noviembre de 2023

Los parques de atracciones también cierran



Ángeles Caballero nos cuenta en primera persona una historia real, tan real como la vida misma. La historia de una hija que, sin saber cómo, se convirtió en la madre de sus padres. Una hija aún joven que asumió la responsabilidad de acompañar y decidir a través de las enfermedades de sus padres, y comenzó a cuidar y asumió los cuidados de sus padres como una parte más de su vida, junto con sus facetas de trabajadora, esposa y madre.

Contada esta historia desde la más absoluta naturalidad, a mí concretamente me remite a mi adolescencia, que fue parecida a la que ella cuenta en la primera parte de la novela. Al fin y al cabo, nos llevamos cuatro años y apenas unos kilómetros separan Leganés y Getafe, aunque la rivalidad entre vecinos siempre haya llevado a calificar como “aldea” a esta última.

La parte final, donde ya se ve el inminente desenlace, relata sin caer en la dramatización todo un paseo por hospitales, enfermedades, consultas y residencias. Es por esta parte final por la que no le daré este libro a mis padres para que se lo lean, porque creo que les dará mucha pena. Pero para mi generación, muy educativo.

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