Siete novias: Iris

 

Uno de los hermanos Randolph, en esta ocasión Monty, quiere iniciar una nueva vida en Illinois. Para esto, arrea su ganado a través de varios estados con el fin de llegar allí, donde la familia ha comprado un terreno y se independizará de la supervisión continua de su hermano mayor George.

Con lo que no cuenta Monty es con la presencia de su vecina Iris. Esta acaba de quedarse huérfana tras un accidente de sus padres. Ha heredado su rancho a punto de ser embargado y una gran cantidad de vacas, y su idea es trasladarse también a Illinois conduciendo su rebaño. Pero no sabe cómo, y solicita la ayuda de Monty, su amor de niña. Cuando este le dice que no, solo se le ocurre adelantársele y colocar todo su rebaño delante del de Monty, con lo que él se verá obligado a ayudarla y tomar decisiones por ella. Esto solo puede acabar de una manera…

Siete novias: Fern

 

Madison es el hermano de la familia que protagoniza esta saga que desapareció. Durante la guerra abandonó a la familia, y ocho años después aparece sorprendentemente convertido en un abogado de Boston. Uno de sus hermanos ha sido acusado de asesinato, y tiene intención de defenderlo.

Pero cuando llega al salvaje Oeste, a la ciudad donde su hermano se encuentra detenido, además de a su hermano mayor y a su esposa Rose, encontrará a una joven que no quiere ser reconocida como mujer, sino que viste y actúa como un hombre. Esta es Fern, prima de la víctima del asesinato del que acusan al hermano de Madison, y totalmente convencida de su culpabilidad. Chocará de inmediato con Madison, y el resto podemos imaginarlo…

Siete novias: Rose

 

En los primeros tiempos de la Reconstrucción, tras la Guerra Civil estadounidense, la vida no es fácil en Austin, Texas. Y menos aún para una joven sin familia y cuyo padre luchó con la Unión. Malvive como puede, trabajando como camarera, hasta que un día le ofrecen ir a trabajar a un rancho para cocinar y limpiar en una casa en la que viven seis hermanos, y aún esperan que el séptimo vuelva de la guerra.

Rose decide marchar, pues en Austin su vida es muy complicada, pero se volverá mucho más compleja cuando comprenda que George, el mayor de los hermanos, es todo lo que ansía ver en un hombre para formar una familia. Ahora bien, George tiene claro que no se casará nunca ni tendrá hijos…

Los siguientes

 

Tras leer las dos primeras partes de la trilogía de Pedro simón, en esta ocasión le ha tocado el turno a la tercera y última. Es una novela dura, pues el asunto que se aborda nos afecta a todos, y si no nos afecta hoy, lo hará. Se trata del cuidado de los ancianos, de los padres que se van haciendo mayores.

En una familia normal, de tres hijos normales y corrientes, la madre falleció hace ya unos años, y es el momento de tomar decisiones. El padre es anciano, no está bien de salud, y no puede seguir viviendo solo. ¿Cuál es la mejor decisión? ¿Llevárselo a vivir a casa de los hijos, turnándose? ¿Una residencia, quizá?

Toda esta toma de decisiones se ve agravada por el hecho de que el hijo mayor siente un rencor extremo hacia su padre, por un “accidente” que se va desvelando a medida que avanza la novela. La única hija se siente enormemente culpable, y más siendo ella auxiliar de enfermería en una residencia.

En resumen, una novela que remueve, una novela triste, pero necesaria.

Los ingratos

 

Leí hace poco Los incomprendidos, novela de Pedro Simón que forma parte de una trilogía que se puede leer de manera independiente. Esta es la primera, y la historia es la siguiente: un niño de seis o siete años (nunca se dice la edad exacta) pasa unos años de su infancia en un pueblo de la España rural, hoy vaciada. Su madre es la maestra de la única escuela que hay en el pueblo, y el niño crecerá y pasará esos cuatro o cinco años muy feliz y muy libre, con sus amigos, y sobre todo, con su cuidadora.

Eme es una mujer cuyo único hijo murió siendo bebé en un desgraciado accidente, hoy está viuda y muy sola, y se volcará en el cuidado de la familia de la maestra, quien se ve desbordada por su trabajo y el cuidado de la casa y de sus tres hijos. Se encariña especialmente con David, nuestro protagonista, y verá en él al hijo que murió.

Pero un día, la maestra consigue el traslado a la ciudad, y la familia se va del pueblo. David sufre, y echa mucho de menos a Eme, quien se ha convertido en un referente esencial en su vida, su vida de niño de once años aproximadamente. Pero llega la adolescencia, el egoísmo y la integración en el grupo: los amigos son lo más importante. El título de la novela, Los ingratos, hace referencia a esa falta de interés que el protagonista tuvo hacia Eme y que, ya adulto le hizo buscarla de nuevo cuando ya era tarde…

Nueve perfectos desconocidos

 

Un balneario, un retiro espiritual de diez días sin acceso a Internet, con paseos, dieta personalizada, masajes… Unos días de descanso que van a compartir nueve personas. Ellos son de lo más variado: un matrimonio con una hija de veinte años que arrastran una tragedia desde hace tres años; un matrimonio joven que dejaron de ser felices cuando les tocó una gran cantidad de dinero en la lotería; una madura escritora de novelas románticas; un exfutbolista profesional que fue una estrella y hoy es desgraciado; una madre de cuatro hijas que ha sido abandonada recientemente por su marido para buscar una novia más joven; un joven y guapísimo abogado que defiende a mujeres abandonadas por sus maridos durante el divorcio.

Todos ellos se ponen en manos de Masha, una mujer que sufrió una crisis cardíaca y estuvo clínicamente muerta, y que al ser resucitada por los servicios de emergencia cambió de vida y montó el balneario. Ella garantiza que todos saldrán cambiados de la experiencia. ¿Será verdad?

Un domingo como otro cualquiera

Un matrimonio muy amigable invita a una barbacoa de domingo a sus vecinos y a unos amigos de estos. En total, se juntan en la casa esa tarde seis adultos y tres niñas de dos, seis y diez años. ¿Qué puede salir mal?

Desde el principio de la novela, que va saltando en el tiempo, sabemos que algo ocurrió en esa barbacoa hace aproximadamente dos meses. No sabemos qué fue, pero sí sabemos que no fue algo excesivamente grave, al menos no tuvo consecuencias funestas. Pero afectó de tal manera a las tres familias, que dos meses después las relaciones entre ellos y dentro de sus núcleos familiares han cambiado.

Poco a poco van quitándose las capas y más capas de una historia que hace pensar sobre la amistad, la responsabilidad y la maternidad y paternidad.

El año de la langosta

 

Lo que parece una novela de espías acaba sorprendiendo. La primera parte de la novela narra la historia de Ridley, un joven integrante de la CIA en territorio hostil, quien tiene que infiltrarse en Afganistán y correr toda una serie de peligros con el fin de acabar con el líder del Ejército de los Puros. Esta es una organización terrorista, la continuación de ISIS o Al-Qaeda.

Ridley está quemado y vuelve a Estados Unidos, acabando como observador en un submarino experimental. Lo que parecía una misión simple acaba convirtiéndose en… un viaje en el tiempo. Y lo que parecía una novela de espías se convierte en una distopía con tintes futuristas y catastróficos que he de reconocer, me ha enganchado más al final que al principio. Está claro que hay dos géneros que me encantan, aunque sobre todo en el cine: catástrofes y distopías. Y esta novela aúna ambas.