jueves, 23 de agosto de 2012

Genio y figura



Por ahora, creo que he quedado saturada de Juan Valera. Aunque en esta ocasión, la historia es diferente: no hay una heroína virtuosa, pues Rafaela, la protagonista, de virtuosa tiene poco. De hecho, debe su fortuna al matrimonio con don Joaquín, en Brasil, tras pasar por Lisboa y labrarse allí una reputación no precisamente de santa. Una vez casada, continúan sus aventuras amorosas a espaldas de su esposo. En defensa de Rafaela, decir que es cariñosa, buena y pretende siempre ayudar a todo el que está a su alrededor. Y ¿qué mejor manera de hacer felices a sus amigos que convirtiéndolos en amantes?
A la descripción de la sociedad brasileña del siglo XIX le sigue, ya casi en el desenlace, las reuniones parisinas en las que Rafaela aparece de nuevo, mostrando, como el título de la novela indica, genio y figura hasta el fin.

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