domingo, 16 de diciembre de 2012

El cuarto protocolo



Frederick Forsyth nos sumerge con esta novela en un entramado político-terrorista con el fin de derrocar al gobierno democrático británico, convirtiéndolo en uno de extrema izquierda afín a la URSS de los años ochenta. La trama es perfecta, desde el primer informe del traidor Philby en Moscú o las sospechas de John Preston en Londres, que alertan de esta posibilidad.
La estrategia es buena: el estallido de una pequeña bomba nuclear en Inglaterra, en vísperas de las elecciones generales, sería considerado un accidente nuclear, y la opinión pública optaría por volcarse a la izquierda para propiciar un desarme unilateral. Un asunto que vulneraría por completo el cuarto protocolo, firmado por ambos países para garantizar la seguridad.
Un agente soviético de primera categoría se ocuparía del asunto. Y a punto está de conseguir saltar en pedazos la democracia británica. Pero Preston, sabueso sagaz, con una pequeña ayuda desde el otro lado del bloque, consigue desenmascarar todo el asunto. 

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