jueves, 8 de febrero de 2018

El día que se perdió el amor


Javier Castillo continúa con la historia de su novela anterior, relatándola, al igual que la primera, en diversos momentos y a través de diferentes personajes. Por un lado, la pareja que volvió a encontrarse, formada por Jacob y Amanda, quienes ya en el principio acaban en el hospital, con Amanda apuñalada por alguien perteneciente a la organización de los Siete.
Amanda es secuestrada en el mismo hospital donde ha ido a ser operada, y Jacob inicia una búsqueda, ayudado por Steven, padre de Amanda y asesino confeso en prisión perpetua, que logrará escapar.
Por otro lado, una joven (que intuimos es la hermana perdida de Amanda) aparece desnuda en pleno Nueva York, con información interesante acerca de alguna otra desaparición y muerte. Todas las tramas confluirán de nuevo en el pueblo casi fantasma de Salt Lake.
Toda la trama está sujeta con alfileres, y el autor ha rizado el rizo de los sueños, las pesadillas y las casualidades… Quizá un exceso y no ha resultado tan bien acabada como la primera novela de la trama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario