martes, 24 de julio de 2018

Siempre el mismo día



Novela que yo esperaba fuera típicamente romántica, pero finalmente ha sido algo más.
El argumento comienza con dos jóvenes recién licenciados que pasan la noche juntos, en plan amigos, no amantes. A raíz de ahí, inician una amistad que se prolonga a lo largo de los años, remitiéndonos siempre al mismo día del mes de julio.
Ella es idealista, le interesa la cultura, quiere ser escritora. De hecho, a lo largo de los años trabaja como profesora de teatro y acaba cumpliendo su sueño de escribir novelas. Él es bastante estúpido, para qué engañarse, un niño bien que nunca ha tenido que luchar por nada, y acaba entrando en una espiral de éxito televisivo (obviamente efímero), mujeres, alcohol y drogas.
A lo largo de los casi veinte años vemos la evolución de la amistad, y cómo, a pesar de la distancia, de las circunstancias personales de cada uno de ellos, incluso de la idiotez supina de él, se va prolongando y afianzando en cada uno de ellos lo que ya de jóvenes se veía venir.

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