miércoles, 30 de junio de 2021

En piel ajena

 



Cassie, una de las investigadoras de la anterior novela de Tana French, El silencio del bosque, es la protagonista de este segundo thriller.

Después de los sucesos anteriores, Cassie ha decidido trabajar en Violencia Doméstica, y dejar Homicidios por un tiempo. Ha iniciado una relación con Sam, antiguo compañero, y las cosas parece que se van asentando tras los traumáticos sucesos.

Cuando aparece el cuerpo de una joven asesinada en una casa abandonada, Cassie no entiende por qué su antiguo jefe (en la época en que ella fue una agente infiltrada) se pone en contacto con ella. Cuando ve a la joven, lo comprende: es idéntica a ella. ¿Podrán hacer creer a su extraño grupo de amigos, entre los que quizá se encuentre el asesino, que la joven no ha muerto y hacerse pasar por ella?

Cassie asume el reto, y se trasladará a vivir con sus amigos. Pero es difícil fingir día tras día, sobre todo cuando va descubriendo cosas extrañas…

domingo, 20 de junio de 2021

El silencio del bosque

 


Cuando era niño, Rob entró con un amigo y una amiga en el bosque cercano a su casa para jugar. Horas después, no aparecían y tras una intensa búsqueda, Rob apareció en estado catatónico y sin recordar absolutamente nada de lo que había ocurrido. Sus amigos no aparecieron jamás.

Veinte años después, Rob es agente de homicidios en Dublín. Su compañera, Cassie, es una gran amiga, y forman un equipo de gran categoría. Cuando el cadáver de una niña aparece en la misma zona, ellos se encargarán de la investigación. Rob no quiere salir del caso, pero algunos recuerdos van aflorando, y no está claro si guarda o no relación el crimen actual con el antiguo. La niña asesinada, la familia, los alrededores… Todo puede tener importancia.

Magnífico thriller de cuya autora no había leído nada. Pero seguiré leyendo.


miércoles, 16 de junio de 2021

El asesinato de los marqueses de Urbina

 



Recuerdo este crimen y el interés que en su día tuve por él, incluso siendo una niña. Ahora que he leído acerca de él, he recordado más.

El 1 de agosto de 1980, los marqueses de Urquijo fueron asesinados mientras dormían. Unos meses después, fue detenido su yerno, Rafi Escobedo, quien fue condenado y se suicidó en la cárcel unos años después. Pero siempre quedaron las dudas, y de hecho Escobedo nunca reconoció ser el autor de los hechos, aunque todo el mundo sospechaba que algún grado de implicación existía.

En la novela se cuenta el contrato de un asesino profesional por parte de un pariente de los marqueses. Al parecer y según esta versión, el marqués tenía una visión del negocio del banco Urquijo que no casaba con los intereses de muchas personas, y era necesario apartarlo. ¿Qué mejor manera que quitándolo de en medio definitivamente?

El asesino en cuestión, Fierro, se introduce en el círculo de las amistades de Escobedo a lo largo de la primavera de 1980. Si debemos fiarnos de la versión del autor, inicia una extraña relación con él y con un amigo suyo, basada en la juerga, el consumo de drogas y alcohol y el sexo en grupo. Pero va a la vez sembrando para que Escobedo decida asesinar a su suegro, inducido y manipulado. Finalmente se consuma el asesinato, y Fierro, que allí estaba la noche en cuestión, intuye que también van a por él por ser el único cabo suelto que aún queda.

Según la versión del autor, los verdaderos instigadores del asunto siguen sueltos, y Escobedo y su amigo son unos simples cabezas de turco que han cargado con el peso de un asunto que les venía grande.


lunes, 14 de junio de 2021

Feria

 



Ana Iris Simón ha estado últimamente en las noticias por un valiente discurso frente al gobierno, poniendo la atención en la dificultad que tienen los jóvenes de hoy en día para acceder al mercado de trabajo, a la vivienda y, por tanto, a formar una familia.

Feria es un relato nostálgico de la niñez de la autora, contando la vida en su pueblo natal, Ontígola, en los alrededores de Aranjuez. Pero es también el relato del amor familiar, tanto de su familia nuclear (padre, madre y hermano pequeño) como de la familia extensa. Sus abuelos y abuelas, sus tíos y primos, sus celebraciones y sus duelos. Su vida, en síntesis, una vida normal, una vida en un pequeño pueblo español a finales del siglo XX y principios del siglo XXI.

Ana Iris es veinte años más joven que yo, y en realidad sus vivencias son más cercanas a las de mis sobrinos o las de mi primo pequeño que a las mías, por supuesto. No soy pesimista y creo que, aunque ciertamente esta generación puede vivir en algunos aspectos peor que la de sus padres, la situación no tiene por qué eternizarse…

sábado, 12 de junio de 2021

La víctima 2117 (Departamento Q)

 


La octava entrega del Departamento Q ahonda esta vez en la vida personal de Assad. Aunque sin descuidar al resto de los personajes, pues Rose aparece de nuevo en escena, saliendo de un colapso mental generado por el último caso (que no recuerdo muy bien, pues leí hace tres años). Carl también se ve inmerso en la posibilidad de ser padre, aunque es un tema que se ve muy de refilón… Lo más crudo es Assad, quien revive y cuenta su periplo en Afganistán e Irak, su historia familiar y el secuestro desde hace dieciséis años de su mujer y sus dos hijas.

Ghaalib es el secuestrador que quiere vengarse de Assad hace tantísimos años, y planea un atentado yihadista en Berlín utilizando a las mujeres de su vida, con la intención de acabar con todos ellos. Assad entrará en el juego, obviamente con la intención de salvar a su familia, y ayudado por Carl y por toda la policía alemana, tratarán de detener la masacre.

Como historia de fondo y totalmente necesaria para la trama, la de un periodista freelance barcelonés que cuenta la historia de los refugiados ahogados en el mar, en concreto cuando empieza a investigar a la víctima 2117, llegada a la costa de Chipre. Y como historia menos necesaria, pero igualmente interesante, la de un joven danés recluido en su habitación jugando a videojuegos, que pretende iniciar una masacre en el momento en que llegue a un determinado punto.

Como siempre, el Departamento Q entretiene y mantiene en vilo hasta el final.

viernes, 4 de junio de 2021

La tabla de Flandes

 


Seguramente hace casi treinta años que leí esta novela de Pérez Reverte, en mi época de estudiante universitaria. Nunca más volví a ella, y no se convirtió en el típico libro que relees una y otra vez, supongo que porque fue un préstamo que puntualmente devolví a su dueño o dueña (o quizá a la biblioteca municipal).

Pero siempre fue una historia que recordé con agrado, aunque en realidad no recordara más allá de lo básico: crímenes y pintura. Hace un par de meses, en un chat de amigas donde uno de nuestros temas de conversación (entre otros muchos) es la lectura, una de ellas dijo que quería volver a leer La tabla de Flandes, y me picó el gusanillo.

Y casi una vida después, volví a sumergirme en la historia de Julia, y César, y Muñoz, y esa maravillosa pintura que narra una historia de amor, desamor y muerte hace varios siglos. Y volví a quedar enredada en la trama, en esa Julia amenazada y a la vez fuerte y a la vez protegida, ese César flemático, ese trágico Muñoz, aunque quizá no tan trágico como Menchu…

Una novela que hay que leer al menos una vez en la vida. Solo un pero, pero eso es responsabilidad mía (desventajas de releer): en la página treinta recordé quién era el malo.