viernes, 30 de octubre de 2020

Línea de fuego

 

Pérez Reverte se atreve por primera vez con la guerra civil española. Y con un capítulo muy concreto de esta guerra: la batalla del Ebro, y afinando más aún, la toma por parte de los republicanos de un pueblo en la orilla del río, y su posterior pérdida a manos de las fuerzas de Franco.

No hay grandes protagonistas, o quizá todos son protagonistas… Los cambios son continuos, de un lado a otro del río, de un lado a otro de la contienda. Podemos estar acompañando a una joven comunista convencida, encargada de transmisiones, que se siente atraída por un capitán bastante desengañado de la República pero que solo puede seguir luchando por ella. También podemos ir tras el combatiente nacional que, harto de luchar y sin grandes ideales, trata de salir de la primera línea de fuego para descansar a retaguardia sin conseguirlo. O sufrir con el requeté catalán, convencido de estar salvando a su tierra de la debacle a manos de la República. Y enternecernos con el dinamitero que no puede evitar salvar a uno de los adolescentes pertenecientes a la “quinta del Biberón”.

No hay protagonistas, pero todos son igualmente protagonistas. Quizá haya quien considere que tratar a todos por igual no es correcto, y hable de equidistancia… Como le he oído decir al autor, no es equidistancia, es ecuanimidad. No todo era bello a un lado, ni todo era barbarie más allá. Ni para unos, ni para otros. De hecho, casi todo era horrible en el frente, más allá de algunos gestos de valor y lealtad. El resto es sangre, sudor, muerte y destrucción. Y si te lo cuentan magníficamente, se agradece.

domingo, 18 de octubre de 2020

Las tinieblas y el alba

 


Ken Follett saba dibujar unos personajes verdaderamente entrañables. En esta ocasión, en la precuela del maravilloso Los pilares de la tierra, hay tres protagonistas.

Ragna es una joven de la nobleza normanda que, enamorada, se trasladará a Inglaterra para casarse. La pasión y el amor que siente por su marido se mantendrán durante apenas unos pocos años, cuando este la decepcione profundamente al encapricharse de una esclava.

Edgar es un joven de familia humilde, trabajador y honesto, que pierde a manos de los vikingos todo lo que tiene, y tendrá que trasladarse a una remota y pequeña aldea junto con su familia, donde volverán a empezar.

Aldred es un monje cuyas inclinaciones sexuales han causado problemas, pero que trata de hacer todo lo mejor posible, en nombre de la justicia divina y de la de los hombres.

Estos son los personajes “buenos”. Pero hay algunos muy, muy malvados. No tanto el marido de Ragna, quien en realidad es un inconsciente, sino sobre todo su madrastra y sus hermanastros, para quienes Ragna es una rival en los juegos de poder. Juegos de los que saldrá primero la aldea, luego la ciudad y finalmente, el obispado de Kingsbridge.

miércoles, 7 de octubre de 2020

Tampoco pido tanto

 


Chico guapísimo, que nunca se ha enamorado y solo se plantea relaciones esporádicas. Chica guapísima, con un trauma en su pasado y que no quiere volver a enamorarse. Sexo en dosis medianas. Y poco más.

Luego, todo esto se puede adornar con viajes, personajes, perros callejeros, transexuales, abuelas moteras, abuelos promiscuos y otra serie de familiares peculiares. En conjunto, un libro entretenido (lectura de piscina, lo llamo yo) pero con poco fondo. Megan Maxwell lo puede hacer mejor.