Jack & Jill

El detective Alex Cross comienza a investigar una serie de asesinatos en su barrio, en concreto han sido hallados muertos dos niños de la escuela a la que asiste su hijo. Pero los asesinatos de niños negros no son tan importantes como los que se cometen y tienen como víctimas a personajes famosos del mundo de la política y del espectáculo, y eso es lo que aparece en escena.

Dos asesinos que trabajan juntos y que se autodenominan Jack y Jill, que son los nombres en clave del presidente estadounidense y su esposa, son los responsables de estos asesinatos, y amenazan al presidente. El Servicio Secreto solicita a Alex Cross que colabore, y este lo hace a regañadientes, a la vez que sigue investigando qué está ocurriendo en su barrio.

El coleccionista de amantes

 

De nuevo el detective Alex Croos, es el protagonista de nuestra trama. Su sobrina Naomi ha desaparecido mientras estudiaba lejos, en la Universidad de Duke. Cuando empieza a investigar comprende que no estamos hablando de un secuestro casual, sino que su sobrina es una más de una serie de jóvenes desaparecidas durante los últimos años en la zona.

Una de estas jóvenes, Kate, consigue escapar del secuestrador, y lo poco que recuerda de su cautiverio (durante el cuál estuvo drogada permanentemente) da las pistas al detective Cross para llegar hasta donde el monstruo esconde a varias mujeres a las que dice amar. ¿Llegará a tiempo de salvar a su sobrina?

La hora de la araña

Años 90: un detective, Alex Croos, investiga el secuestro de dos niños de clase alta. El Servicio Secreto tenía la misión de protegerlos, pero ha fallado. La responsable del Servicio Secreto, Jezzie Flanagan, está en el punto de mira, y ambos inician una relación que marcará el devenir del asunto.

Por otro lado, el secuestrador y profesor de matemáticas de ambos niños, es un psicópata de manuel, enormemente inteligente, consumado actor y capaz de cualquier cosa con tal de salirse con la suya. Y sobre todo, quiere ser famoso y pasar a la historia.

Uno de los niños aparece muerto, pero la niña sigue sin dar señales de vida. Cada pocos capítulos tenemos una breve visita a su realidad, y vemos que afortunadamente, sigue con vida. Pero, ¿dónde está?

Novela que no permite ser abandonada, y que en sus últimos capítulos no se puede parar de leer.

Los crímenes de la carretera

 

Una noche, Michael vuelve a su casa tras pasar un rato en el cine y se encuentra un cadáver en la bañera. Asustado, hace lo que debe: llamar a la policía, siempre después de informar a su hermana Megan, con la que mantiene el contacto a pesar de no hacerlo desde hace años con sus padres adoptivos.

La policía encuentra serios indicios de que Michael es el responsable del crimen, a pesar de que él insiste en no conocer a la joven muerta en su casa. Michael es detenido, pero recibe la sorprendente ayuda de un abogado que lo saca de comisaría sin contemplaciones, aunque tenga que delinquir para conseguirlo. Empieza entonces una persecución por una gran parte de Estados Unidos, donde Michael será ayudado por su hermana y donde. como trasfondo, se encontrarán los abusos que sufrió en su niñez. Sin faltar, por supuesto, la etapa perturbadora en la que fue adoptado por dos psiquiatras de renombre que no hicieron nada por solucionar sus problemas psicológicos, sino más bien por agravarlos.

Trepidante como todo lo que he leído de este autor, aunque en esta ocasión colabora con otro conocido escritor de best-sellers que sí era desconocido para mí.