Todo cambia (Crónicas de los Cazalet 5)

 

La novela comienza con el fallecimiento de la Duquesita. Las familias van cambiando, y en la entrega anterior dejamos a Clary recién enamorada de Archie, hoy son felices padres de dos niños. Polly también ha sido madre de cuatro hijos, y vive feliz en su enorme casa que algún día conseguirá hacer rentable. El resto de los nietos Cazalet siguen cada uno con sus vidas, Louise sin encontrar su camino, Teddy tampoco, Simon quizá…

Los hijos de la Duquesita y el Brigada se han hecho mayores y ya van camino de la ancianidad. Edward no es feliz con su nueva esposa, y en el fondo casi añora la vida familiar de los Cazalet, quienes se han alineado con su exesposa Villy. Hugh sí es feliz en su segundo matrimonio con Jemima, tras sufrir mucho cuando Sybil murió. Rachel ya no se esconde con Sid, pues tras el fallecimiento de su madre, viven juntas. Y Rupert es feliz con Zoë, aunque su hija adolescente Jules le de quebraderos de cabeza…

Pero la forma de hacer negocios ya no es la que era, y desafortunadamente la crisis de la empresa va a desembocar en cambios muy desagradables para la mayor parte de los integrantes de la familia Cazalet.

Un tiempo nuevo (Crónicas de los Cazalet 4)

 

La guerra ha terminado, y ha sido una guerra larga y cruel. Los Cazalet han contribuido con su país durante el conflicto, cada uno como ha podido. Las chicas han trabajado y se han ido haciendo mayores, Rupert ha vuelto de su largo escondite en Francia, Teddy está en Estados Unidos…

Edward debe tomar decisiones acerca de su matrimonio y su relación extraconyugal con Diana, madre de dos de sus hijos. Villy se sentirá enormemente dolida y no puede refugiarse en su hija, pues Louise sigue siendo una egoísta superficial que no se preocupa ni siquiera de su hijo no deseado.

Polly está enamorada de Archie, pero no es correspondida, Archie solo la ver como una jovencita casi de la familia de la que tiene que cuidar. Clary y Polly viven en Londres juntas, y Clary se ve metida en una relación con un hombre casado que acabará horriblemente.  

El Brigada ha muerto, y Rachel podría ser más libre para vivir con Sid, pero ella nunca busca cosas para sí misma y Sid busca consuelo en otros brazos…

Solo me queda ya uno de los libros para acabar con esta interesante saga.

Confusión (Crónicas de los Cazalet 3)

 

Llevamos ya tres años de guerra, estamos en 1942, y los Cazalet siguen sobreviviendo como pueden. Con cartillas de racionamiento, con dificultades en la empresa, pero sobreviven al fin y al cabo.

Las chicas Cazalet van creciendo. Louise sueña con ser actriz, pero un joven adinerado, Michael, un “buen partido”, se cruza en su camino. Se casa de manera un tanto atolondrada, y en seguida se queda embarazada, pero muy lejos de ser feliz.

Polly y Clary se mudan a Londres con la intención de participar y colaborar con su país en la economía de guerra. Ambas mantienen su gran amistad con Archie, antiguo amigo de Rupert, el padre de Clary, quien sigue desaparecido desde Dunkerque. Su esposa, Zoë, tiene una aventura con un periodista norteamericano pero la cosa no acabará bien… La novela acaba con Rupert volviendo a Inglaterra, tras muchos años en Francia y enamorado de una francesa.

Continuaremos con la saga.

Los años ligeros (Crónicas de los Cazalet 1)

 

El período inmediatamente anterior al estallido de la II Guerra Mundial nos es narrado a través de los ojos de una familia inglesa adinerada, propietarios de una empresa maderera, los Cazalet.

El Brigada, como lo llaman sus hijos y nietos, es el Jefe, quien junto con la Duquesita, su esposa, aglutinan a su alrededor a sus hijos, nietos y allegados: Edward, el hijo mayor, mujeriego y feliz superviviente de la I Guerra Mundial, casado y con varios hijos; Hugh, segundo hijo, felizmente casado pero no tan feliz superviviente de la guerra, de la cuál volvió mutilado; Rachel, la hermana soltera que se ha quedado en casa de sus padres para echar una mano, y que mantiene su amor por su amiga oculto a los ojos de los demás; por último, Rupert, el hermano pequeño, bastante más joven, artista y soñador, casado en segundas nupcias con una joven a la que saca un montón de años.

Además de los hijos, están los nietos, cerca de una docena. Y todos se juntarán en la casa de campo familiar, esperando ansiosos la noticia de una paz (o quizá una guerra) durante el verano de 1938. Además de la familia política de Edward, la amiga de Rachel y su hermana, tías abuelas, institutrices… La casa será un hervidero de vida, cariño y roces propiciados por la convivencia.

La novela finaliza con la firma de los Tratados de Münich en septiembre de 1938. La política de apaciguamiento de Chamberlain sabemos que finalmente no fue fructífera, pero eso vendrá en la siguiente entrega…