lunes, 28 de octubre de 2019

Celda 211



Vi esta película, que me impactó, hace muchos años. Luis Tosar en el papel de Malamadre, lo borda, incluso más que Alberto Ammann, quien le acompaña en el otro papel protagonista.
Pero vayamos con el libro. Contado desde tres perspectivas diferentes: Juan Oliver, funcionario de prisiones que en su primer día de trabajo se ve dentro de un motín en la cárcel donde se incorpora, haciéndose pasar por preso para sobrevivir. Por otro lado, Malamadre, el que manda en la prisión, que en principio aceptará a Juan Oliver (Calzones le apodarán) y confiará en él, para luego empezar a competir: dos gallos en el mismo corral. Y por último, uno de los funcionarios que están fuera, que apenas conoce a Juan pero le ha parecido un buen chico y lo apoya desde la distancia, contando la situación tal y como se va desarrollando.
Pero la historia tiene varios puntos de vista, y el motín va complicándose cada vez más. Por un lado, hay tres presos etarras vascos que se convierten en rehenes, y el gobierno tiene que protegerlos a toda costa. Pero las familias de los presos se enteran de que algo está ocurriendo dentro y se agolpan en los alrededores de la prisión, con la mala suerte de que la esposa de Juan, Elena, es golpeada y muere.
Juan no soportará la muerte de su esposa, de la que se entera dentro de la prisión, y a partir de ahí habrá un cambio en su carácter. Ya todo le da igual, solo quiere vengarse y por fin, se ha convertido en un asesino más.

sábado, 26 de octubre de 2019

Dejé de pronunciar tu nombre



Oí hablar de esta mujer hace relativamente poco tiempo. Carmen Díez de Rivera, musa de la Transición democrática, colaboradora de Adolfo Suárez en esos años tan complicados que transcurrieron entre la muerte de Franco y las primeras elecciones generales. Pero al margen de la importancia que tuvo en el aspecto político, aunque solo sea por ser una mujer con poder de decisión rodeada de hombres, lo más interesante de ella es, en realidad, la historia personal.
Carmen nació y creció en el año 1942 en el seno de una familia aristocrática en pleno franquismo. Su madre era una belleza reconocida, y su relación extraconyugal con Ramón Serrano Súñer, cuñadísimo de Franco, no era un secreto, ni siquiera para su esposo. Carmen es hija de este hombre, pero ella no lo supo hasta que no hubo más remedio.
¿Y por qué no hubo más remedio? Porque las familias se trataban, al fin y al cabo formaban parte de la clase dirigente en una España gris y oscura, y Carmen comenzó a ser amiga de Ramón hijo, y siguió siéndolo según pasaban los años, y continuó con la amistad, que se fue convirtiendo en amor, con el paso a la adolescencia. Y cuando, con diecisiete y diecinueve años respectivamente y sintiéndose muy maduros ambos, decidieron dar el paso de casarse, fueron informados de su parentesco. Hermanos, ni más ni menos.
Carmen se hundió en la miseria, ingresó en un convento, se fue a África con las misiones, y cuando finalmente regresó a España, lo hizo con la firme convicción de luchar por la libertad. Y lo hizo. Con un carácter poco común, y menos aún en una mujer de su época.
La novela, aunque es de ficción y así lo dice el autor al final de las páginas, narra dos momentos de su vida, dando saltos en el tiempo: por un lado, su adolescencia con todo lo que ella conllevó, y bastante a fondo la transición española, siendo fiel en este caso a la historia.

viernes, 25 de octubre de 2019

Mi nieto Jaime



Hace poco me acordé de esta novela que leí de adolescente. Martín Vigil me encandiló en una época de mi vida, con varios títulos que aún recuerdo y que seguramente volveré a leer recurrentemente.
Jaime es un adolescente que queda repentinamente huérfano de padre y madre, perdiendo también a sus hermanos pequeños en un accidente de coche. Por suerte, tiene un abuelo rico en Sudamérica que vendrá a hacerse cargo de él.
Jaime es trasplantado de repente a la tierra de sus ancestros, a una Asturias rural donde su familia es legendaria. Por ricos y por seductores. Pero Jaime no se siente así. De hecho, cuando entra en el instituto del pueblo, en su primer día de clase, entiende que le será bastante complicado adaptarse.
Los meses irán pasando, conseguirá hacer un amigo, se enamorará como solo lo hacen los quinceañeros… y mientras tanto irá investigando en sus raíces y en lo que ocurrió en su casa, La Casona, durante la Guerra Civil.
Una estupenda novela para quinceañeros que también se puede leer cuando te acercas a los cincuenta.

sábado, 19 de octubre de 2019

Camino hacia el pasado



El estilo de Mary Higgins Clark, la “reina del suspense” como es denominada en múltiples ocasiones, me gusta. No estamos hablando de novelas magistrales ni de maravillas, pero siempre son entretenidas y paso un buen rato con ellas.
El argumento es parecido al habitual: normalmente una mujer joven, profesional y guapa se ve metida en una situación que la acaba llevando a un peligro inminente del cual se salva in extremis. Hay varios pretendientes, y uno de ellos es el criminal mientras que otro forma parte del equipo de salvamento.
En esta ocasión, una joven Emily Graham, abogada de prestigio, se lanza a investigar las desapariciones acaecidas a finales del siglo XIX en una pequeña población costera de Nueva Jersey, siendo la primera de ellas la de una joven de su familia. Pero otras dos jóvenes han desaparecido en el mismo lugar en los últimos años, y está claro que alguien está reviviendo los hechos del pasado… Cuando aparecen los restos de dos jóvenes, unos de la actualidad y otros de hace cien años, las especulaciones están a la orden del día. Emily quiere saber qué ocurrió, y cada vez se va acercando más a la verdad, una verdad muy peligrosa para ella pues el culpable se sentirá amenazado.

domingo, 13 de octubre de 2019

Tres minutos de color



El título de esta novela de Pere Cervantes hace referencia a la acromatopsia, enfermedad que puede ser de nacimiento o bien por enfermedad o accidente, y que consiste en ver la vida en blanco y negro, con tonalidades de grises. Muy triste me parece esta dolencia, no poder ver ya jamás el azul del cielo, el color de las apetecibles comidas ni cualquier otro matiz de la vida en general.
Pero claro, el protagonista de la historia, Coque, sufre esta enfermedad desde que recibió un golpe en la cabeza. Como integrante de la policía de Barcelona, encargado de Desaparecidos, lleva una temporada muy mala: su compañero forma parte de los desaparecidos pero no le permiten investigarlo; su hijo pequeño murió en un accidente; su mujer (o exmujer) ha tratado de suicidarse varias veces; para colmo de males, su hija de doce años no quiere tener ningún trato con él. Su vida transcurre anodinamente, hasta que conoce y empieza a tratar con una cardióloga que ha visto cómo un hombre en muerte cerebral ha vuelto relatando extrañas cosas sobre sus minutos de estar fuera de este mundo.
Esta novela no trata únicamente sobre la desaparición de un policía, ni sobre los crímenes sexuales en Barcelona, ni siquiera sobre la vida de un desgraciado policía. Va aún más allá: ¿qué sucede cuando morimos? ¿Hay vida más allá de la muerte?

miércoles, 9 de octubre de 2019

El cuarto de atrás



Este año han cambiado una de las lecturas obligatorias de 2º de Bachillerato en Andalucía, y han introducido esta novela de Carmen Martín Gaite con la que ganó el Premio Nacional de Literatura en 1978.
La novela es un tanto extraña, y yo la he terminado sin saber muy bien cuál ha sido el tema. Escrita durante una noche, en primera persona, es una mezcla entre novela de misterio, con un personaje que aparece y no sabemos muy bien ni cómo ni por qué, junto con una novela de memorias, donde la escritora va contando relatos de su niñez y adolescencia, de la época de la guerra civil y la inmediata posguerra.
Por otra parte, también es una reflexión sobre la propia escritura de la narradora: cómo aparecen las ideas y cómo las refleja en sus escritos, la falta de ideas y recursos en ocasiones junto con la desdicha e incluso la desidia que eso le causa…
Una novela extraña, ya lo he dicho, y ni siquiera sé si la he comprendido bien, y lo que me pregunto es si los chiquillos de 2º de Bachillerato la entenderán mejor que yo. Quizá sí.

sábado, 5 de octubre de 2019

El legado de la villa de las telas



Continúa la saga de los Melzer y todos sus allegados, en la Augsburgo de entreguerras. Tras una posguerra muy dura, llega la inflación, que se lleva por delante los ahorros de todos aquellos que poseen algún dinero en efectivo. Solo se salvan los que hábilmente invirtieron en propiedades o consiguieron sacar adelante sus negocios, como es el caso de la familia Melzer.
La fábrica de telas sigue funcionando, no como antes de la I Guerra Mundial, pero sí para mantener a la familia y a aproximadamente dos mil empleados. Paul, el hijo mayor, se encarga de la dirección, y Marie, su esposa, abre un atelier de costura para conseguir su sueño y ganar un dinero con sus maravillosos diseños.
Pero Marie pasa cada vez más tiempo en su trabajo y comienzan los problemas con los niños. Leo y Dodo cada vez son más mayores, pero aun así necesitan atención. La madre de Paul, la abuela Alicia, contratará una niñera que no será del agrado de nadie, ni siquiera de la hermosa y pizpireta Kitty que huirá de la villa de las telas llevándose a su pequeña Henny. Pronto la seguirá Marie, en plena crisis matrimonial, llevándose a sus mellizos, y las divergencias con Paul irán a más.
Por otra parte, Lisa sigue en Pomerania, pero su matrimonio es una farsa. Enamorada del bibliotecario, no consigue vencer su honorabilidad más que una vez, que será suficiente para engendrar un niño… Y volverá a la villa de las telas tras divorciarse de su esposo.
Buen análisis de la época de entreguerras, supongo que seguirá pues nos hemos quedado en 1925…