miércoles, 29 de abril de 2015

Las matemáticas son cultura


Hace unos días he tenido ocasión de asistir a la inauguración de la exposición El sabor de las matemáticas, que aúna las matemáticas con la fotografía y la cocina. También, de comer y charlar con Mercedes Siles, la promotora de dicha exposición, matemática de la Universidad de Málaga. Nos regaló algunos ejemplares de su libro Las matemáticas son cultura, que es la transcripción de cuatro conferencias divulgativas impartidas por ella hace un tiempo.
Un poco de cocina, un poco de arte, un poco de historia de las matemáticas… Un poco de cultura y de cultura matemática, al fin y al cabo.



martes, 28 de abril de 2015

Divergente


Hace poco estuve viendo la película Divergente, la echaron en televisión y mis hijos querían verla. A la vez, a uno de ellos le habían regalado el libro, y como la literatura juvenil no me desagrada, comencé con él. Y me ha sorprendido gratamente. Está en la línea de El corredor del laberinto y Los juegos del hambre, novelas de corte apocalípitico con sociedades totalmente diferentes a la actual.
Beatrice (Tris) es una joven de dieciséis años que debe elegir su facción. Existen cinco facciones: Cordialidad, Abnegación, Osadía, Erudición y Verdad. Cada una de ella representa una de las cinco virtudes que un humano puede poseer, a la vez que rechazar uno de los males de la humanidad.

Beatrice pertenece por nacimiento a Abnegación. En  las pruebas de aptitud para ver qué debe elegir su resultado no es concluyente, pues podría pertenecer al menos a dos de las facciones. Ella, osadamente, elige Osadía para extrañeza y disgusto de sus padres. Su entrenamiento, así como las rencillas entre futuros osados y entre facciones contrarias, son la base de esta novela entretenida que tiene una segunda y una tercera parte, que seguramente leeré.

domingo, 26 de abril de 2015

La sangre de los crucificados


El verano pasado leí La ciudadde los ojos grises, que me encandiló y recomendé a diestro y siniestro. Tenía en mente otra de las novelas del mismo autor, Modroño, y es la última que he leído. Y no me ha defraudado.
En esta ocasión, el autor desarrolla una trama muy bien ambientada por la España del siglo XVII. Todo comienza con la aparición en Zamora de una estatua de Cristo crucificado, cuyo rostro es el de un joven zamorano recientemente asesinado. Cuando el protagonista del libro, Fernando de Zúñiga, es llamado por el obispo de Zamora para investigar el asunto, comienza a atar cabos uno tras otro. El asesino es un maravilloso artista que va dejando pistas de sus actos (obras y asesinatos) pues quiere permanecer en el anonimato pero a la vez ser descubierto.
Un recorrido por las ciudades de Zamora, Salamanca, Madrid y Sevilla, sin olvidarla zona de las Batuecas. Un thriller donde el objetivo es cazar al culpable antes de que cometa su siguiente crimen… Y una bonita excusa para ir a Sevilla a ver la Semana Santa.

Según he leído, Fernando de Zúñiga va a seguir investigando. Habrá que seguirle.

miércoles, 22 de abril de 2015

Sabrina 1 El Mundo 0


Una novela chick lit, es decir de mujeres y para mujeres. Sabrina es una joven que trabaja en publicidad, bastante irresponsable, sin novio fijo, con dos compañeras de piso un tanto peculiares y que vive en una casa cada día más sucia.
Su día a día cambia con la campaña publicitaria para una marca de perfume, donde se implica hasta el fondo y descubre que no es suficiente con trabajar y darlo todo para triunfar en el trabajo. Por el camino se enamorará…

Una novela superficial y fácil de leer, entretenida y probablemente la olvidaré en unos días.

sábado, 11 de abril de 2015

Apocalipsis Z


A veces me gusta leer novelas apocalípticas, tipo fin del mundo y unos pocos supervivientes que se apañan para vivir y crear una sociedad diferente. Hace poco oí hablar de Manel Loureiro, un escritor gallego cuyos libros se han convertido en best-seller en EEUU, y decidí probar.
La historia me recuerda enteramente a The Walking Dead, una de mis series favoritas de televisión. Un joven treintañero residente en las afueras de Pontevedra escribe un diario y va contando cómo van sucediendo hechos extraños a lo largo de una serie de días. Todo es muy rápido, y lo que comenzó siendo una epidemia localizada en un país lejano se convierte rápidamente en algo global que convierte a los enfermos en muertos, a los muertos en resucitados y a los resucitados en unos seres caníbales que tratan de morder a todos los vivos para comérselos y de paso, contagiarlos. No hay manera de matarlos salvo destrozándoles la cabeza.
El protagonista se atrinchera durante unos días en su casa gracias a que cuenta con electricidad de emergencia, comida y agua en cantidad. Pero se ve obligado a salir, y finalmente sus conocimientos marinos le ayudan a sobrevivir. Pero cuando quiere acercarse a lo que las autoridades denominaron un Punto Seguro, comprende que ya no existe tal cosa. Tampoco existe policía, ni gobierno, ni casi nadie vivo con quien hablar ni volver a organizar una sociedad. El mundo pertenece a los muertos.

domingo, 5 de abril de 2015

Historia del mundo contada para escépticos


Eslava Galán me enganchó hace un tiempo con su Historia de España contada para escépticos. Cuando hace poco cayó en mis manos esta novela-ensayo de corte parecido, no dudé.
El escritor realiza un recorrido por la historia del mundo y de la humanidad desde el Big Bang hasta la actualidad, siempre desde una postura escéptica, irónica y original. Como trasfondo que se mantiene por toda la obra, el convencimiento por parte del autor de que el motor de la humanidad no es la religión ni las convicciones morales, sino siempre aspectos económicos de la vida cotidiana.  
Excelentemente escrita, con el punto justo de diversión que hace que una obra de este estilo resulte amena, sólo puedo reprochar dos cosas. Por una parte, el escaso papel que el autor concede a la figura de la mujer en la obra. Lo entiendo, no lo ha tenido nunca, pero precisamente esta obra debería reivindicar ese agravio ancestral y poner la puntilla ahí donde la merece. La Revolución Francesa y su Libertad, igualdad, fraternidad, así como los Derechos del Hombre (que no de la mujer), sería un buen momento para ironizar.

Por otra parte, quiero creer y aún creo, y no participo del pesimismo y sensación de hundimiento occidental que el autor sí mantiene, que la civilización cristiana occidental, de la que formo parte, con sus defectos, sus vicios y sus realidades, no desaparecerá de aquí a pocos años.