El verano pasado leí La ciudadde los ojos grises, que me encandiló y recomendé a diestro y siniestro. Tenía
en mente otra de las novelas del mismo autor, Modroño, y es la última que he leído.
Y no me ha defraudado.
En esta ocasión, el autor
desarrolla una trama muy bien ambientada por la España del siglo XVII. Todo
comienza con la aparición en Zamora de una estatua de Cristo crucificado, cuyo
rostro es el de un joven zamorano recientemente asesinado. Cuando el
protagonista del libro, Fernando de Zúñiga, es llamado por el obispo de Zamora
para investigar el asunto, comienza a atar cabos uno tras otro. El asesino es
un maravilloso artista que va dejando pistas de sus actos (obras y asesinatos)
pues quiere permanecer en el anonimato pero a la vez ser descubierto.
Un recorrido por las ciudades de
Zamora, Salamanca, Madrid y Sevilla, sin olvidarla zona de las Batuecas. Un
thriller donde el objetivo es cazar al culpable antes de que cometa su
siguiente crimen… Y una bonita excusa para ir a Sevilla a ver la Semana Santa.
Según he leído, Fernando de Zúñiga
va a seguir investigando. Habrá que seguirle.
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