Una decisión inevitable

 

Victoria Velarde ya no se llama así, desde que hace tres años sucumbió a la presión familiar y se casó con un duque inglés. Hoy es duquesa viuda y estéril, tras el trágico día en que perdió a su esposo en un accidente y a su bebé nonato. No quiere pasar el resto de su vida en Inglaterra, por lo que volverá a España. Pero no a su Madrid natal, sino que previamente pasará una temporada en Riotinto, donde su cuñado y actual duque, tras el fallecimiento de su esposo, ejerce como médico para la compañía que explota las minas.

Victoria se verá inmersa en la vida de los ingleses en Riotinto, una vida totalmente apartada de la de los españoles de la zona. Pero ella no quiere vivir al margen, y se ocupará de conocerlos y conocer sus problemas, a la vez que comienza a escribir para un diario de la capital, informando de los problemas que hoy llamaríamos medioambientales y en su día trataron de tapar todos los que de la empresa inglesa se lucraban. Y por allí aparecerá, de repente, Diego Lebrija, informando también de la situación… Lo que sucede después, era de esperar.

Una pasión escrita

 

Victoria Velarde es una joven de la alta sociedad madrileña, hija de un diplomático. Le interesan muchas cosas, pero sobre todo educarse, aprender y escribir, aunque no está muy bien visto a finales del siglo XIX que una mujer quiera ser periodista.

Diego Lebrija es un joven madrileño, hijo del propietario de una imprenta, que después de pasar por la Universidad, sueña con ser periodista. Pero no deja de ser un hombre procedente de una clase mucho más baja que la de Victoria.

Pero coincidirán en muchos salones y en muchas reuniones, donde Diego se encandilará con esta mujer original que va rompiendo con las reglas establecidas para las jóvenes de buena familia que buscan hacer un buen matrimonio. Pero Victoria no busca esto, sino que quiere ser independiente y, sobre todo, escribir. Además, sabe que la atracción que siente por Diego Lebrija nunca será aceptada por su familia.

Un destino propio

 

Esta es la historia de una mujer que podría ser cualquier otra mujer de finales del siglo XIX. Apasionada por la enseñanza, Micaela es una joven de veintiocho años que sueña con ser maestra. Pero estamos hablando de una época en la que la mujer era una mera compañera del hombre, y pocas podían ganarse la vida sin rebajarse socialmente.

Micaela llega desde Madrid hasta Comillas, invitada por su familia, con un sueño que cumplir. Pero en su camino se cruza un indiano recién llegado de Cuba, un hombre hecho a sí mismo que busca en un matrimonio por conveniencia la manera de ascender económica y socialmente… El romance está servido, pero no todo es tan fácil como podría parecer.

María Montesinos inicia una trilogía sobre el papel de las mujeres que, a finales de siglo XIX, quisieron romper moldes y ejercer una profesión. Una lectura agradable y fácil, que nos hará simpatizar con Micaela y con su generación.