Juego de tronos es la primera novela de la
saga Canción de hielo y fuego. Llevaba
tiempo con ganas de comenzar, y es una saga para leer con tiempo. Por ejemplo,
con todo un verano por delante. Por ahora, me ha enganchado.
Es un mundo fantástico
con un cierto toque (aunque por ahora, pequeño) de magia, donde una serie de
territorios gobernados por señores rinden pleitesía al Rey Robert, quien
consiguió su corona tras arrebatársela a los que gobernaban durante muchísimos
años, los Hijos de los Dragones. Para unos el rey legítimo, para otros el
usurpador, está casado con la bella y malvada Cersei Lannister, que a su vez
está enamorada incestuosamente de su hermano gemelo Jaime.
La Mano del Rey es
la persona de confianza que ejecuta las órdenes reales. Cuando Robert le ofrece
dicho cargo a Ned Stark, honorable y justo gobernante de la zona Norte,
Invernalia, sospechamos que los problemas van a comenzar.
Los personajes se
entremezclan y cada capítulo se cuenta desde el punto de vista de uno de ellos.
Los hijos de Ned Stark, cinco legítimos (Arya, Sansa, Robb, Brandon y Rikkon) así
como el bastardo Jon, tendrán cada uno su papel en lo que se avecina. Que es
tanto el juego de tronos en el que se ven todos implicados a la muerte del rey
Robert, con cuatro candidatos, como la amenaza que viene del Norte, más allá de
Invernalia, más allá del Muro que separa las tierras civilizadas de las
salvajes.