La delicadeza es una novela delicada. David
Foenkinos nos presenta desde primera hora el drama que vive Nathalie, una joven
y guapa profesional cuya vida sufre un cambio brutal cuando su esposo muere
atropellado mientras hace deporte, tras haber protagonizado juntos una hermosa
historia de amor.
Nathalie se hunde en
su dolor y se encierra en su casa durante algunos meses, pero un día decide
volver al mundo y se reintegra a su puesto de trabajo, donde adquiere día a día
más responsabilidad. Pasan los años y de ser una jovencita en el final de la
veintena pasa a ser una hermosa y madura mujer de treinta y tantos que se
centra en el trabajo y apenas tiene vida social, ni mucho menos vida
sentimental.
El jefe de Nathalie
es uno de los personajes que tratan de hacerle salir al mundo, pero Nathalie no
lo concibe como posible pareja y así se lo hace saber. Todo cambiará de
repente, cuando un joven sueco, enamorado platónicamente de ella como jefa suya
que es, se convierta inesperadamente en alguien a quien ya no ve como un
subordinado, sino como quizá, algo más.
Narrada con maestría,
La delicadeza es una novela que se
deja leer. Sin más. Quizá le falta, según mi punto de vista, un poquito más de
acción, de intriga… Pero deja pasar un buen rato y no se alarga más de la
cuenta.
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