Por supuesto, para leer el último
de Ken Follett he tenido que releer previamente los dos primeros tomos de la
trilogía, que son La caída de los gigantes y El invierno del mundo.
Porque son tantos y tantos los personajes que protagonizan esta saga, que es
imposible recordar todos.
La novela comienza poco después de
terminar la II Guerra Mundial, y los avatares que se narran son sobradamente
conocidos: la construcción del muro de Berlín, la URSS más cerrada, la división
del mundo en dos bloques enfrentados, la Guerra Fría. Y dentro de EEUU tiene un
papel primordial la lucha por los derechos civiles de la comunidad negra.
Un recorrido por los diversos
gobiernos estadounidenses y soviéticos, demócratas, republicanos, comunistas, y
en medio, la guerra de Vietnam y el despertar a las drogas de la juventud de
los años 60.
El final del libro se acelera con
la llegada de Gorbachov al gobierno de la Unión Soviética, y culmina es 9 de
noviembre de 1989 con la caída del muro, que ha mantenido dividida a una de las
familias protagonistas de la novela. Y como epílogo y muestra de que la lucha
por los derechos civiles tuvo un final feliz, la toma de posesión de Obama en
2008.
Puedo decir, con este
libro, que he aprendido algo sobre la historia más reciente y sobre la que
menos se ha escrito. Y eso, siempre es de agradecer
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