lunes, 8 de diciembre de 2014

Ofrenda a la tormenta


La trilogía del Baztán finaliza y finaliza a lo grande. La inspectora Amaia Salazar se ve enfrentada de nuevo a sus miedos, a su madre demente y asesina y a sus propias inseguridades y deseos.
La novela comienza con la muerte súbita de un bebé que parece sospechosa. Cuando la inspectora y su equipo tiran de la trama, comprueban que no es la primera muerte sospechosa en el valle, sino que han muerto muchas niñas a lo largo de los años. En una gran parte de los casos, el comportamiento de los padres fue extraño.

Todo se mezcla con una etapa en el matrimonio de la inspectora que no es lo que fue. Amaia vive por y para su trabajo, y James es un hombre paciente que también reclama su lugar en la lista de prioridades. El juez Markina se va acercando cada vez más, y el ambiente alrededor de la inspectora es cada vez más tétrico, cada vez más frío y húmedo, cada vez va calando más en nuestros propios huesos. Cuando Jonan Etxaide, su mano derecha en la comisaría,  es asesinado en su propio domicilio, comprendemos que la historia ha entrado en una espiral que no puede, de ninguna manera, acabar bien... Aunque pueda considerarse genial. 

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