Novela de hace ya unos años que me
habían recomendado por varios sitios. Almudena Grandes hace unos retratos
psicológicos fantásticos, creando unos personajes absolutamente creíbles y
comprensibles, admirables y entrañables aunque en más de una ocasión no
comulguemos con sus decisiones.
A un pueblo de la provincia de Cádiz
(que es Rota obviamente, aunque en ningún momento se nombre), llegan varios
personajes. Por un lado Sara, una mujer de unos cincuenta años que ha comprado
una casa en una urbanización turística con la idea de vivir allí a lo largo del
año. Sara huye, es obvio, de la capital. Desde el primer momento intuimos un
asunto de dinero, un desfalco, estafa o similar. Eso no es un impedimento, sin
embargo, para que Sara nos caiga bien. Vamos desgranando su historia desde su
infancia como ahijada de una familia bien, rechazada al cumplir los dieciséis
años para volver con su familia biológica pobre y digna. La historia de Sara es
fascinante, y aunque no todas sus decisiones son propias de una mente honrada,
podemos comprenderla, compadecerla y apoyarla.
Juan Olmedo se traslada a la casa
vecina. No vive solo, como Sara, sino que con él llegan su hermano menor (un
adulto con una mente de cinco años) y su sobrina Tamara, huérfana reciente de
madre primero y de padre después. Poco a poco vamos teniendo acceso a la
historia de Juan, un joven de familia obrera que estudió y estudió con el fin
de llegar a ser lo que es, un excelente médico que huye de la capital para trabajar
en el hospital de Jerez. ¿De qué huye? De las sospechas respecto a la muerte de
su hermano Damián, padre de Tamara y esposo de la adúltera Charo, princesa de
barrio a la que también aprenderemos a estimar a pesar de su egoísmo que terminó
en un accidente de coche.
Ambas casas tendrán en seguida en
común a Maribel, joven gaditana, madre divorciada con un hijo, Andrés, que
pronto se convertirá en amigo de Tamara. Maribel no tiene estudios, fue abandonada
por el padre de Andrés, no tiene buena relación con su madre y su único afán es
criar lo mejor que pueda a su hijo. Pero tiene una sabiduría natural que pronto
la hará imprescindible para las dos casas.
Estos seis personajes formarán una
gran familia siempre rodeada de los vientos que azotan el pueblo: el levante,
el poniente… los vientos fáciles que hacen la vida fácil y los vientos difíciles
que hacen la vida un poquito más difícil.