Hace aproximadamente quince días
fui al cine a ver la película Palmeras en la nieve. Tras haber oído
hablar mucho de ella, no me decepcionó. Un paisaje de ensueño, una historia de
amor totalmente creíble, pese a ser interracial y en una época bastante lejana…
No quise leer el libro previamente, y me alegro.
La historia comienza cuando
Clarence, una joven originaria del Pirineo de Huesca, comienza a curiosear
entre los papeles de su padre (Jacobo) y de su tío (Kilian) en la casa familiar
de Pasolobino, su pueblo natal. Sobre todo le interesan los recuerdos de los
años que pasaron en la isla de Fernando Poo, en la actual Guinea Ecuatorial, a
mediados del siglo XX. Cuál será su sorpresa al comprobar que el contacto se ha
mantenido, en forma de dinero enviado a dicho país desde muchos años atrás.
Clarence decide viajar a Guinea
para investigar, y allí entrará en contacto con jóvenes de allí. En concreto,
conoce a Iniko y a Laha, hermanos de madre que se convertirán en sus guías, y
uno de ellos en algo más que un amigo. Iniko es negro y Laha es mulato, nunca
supo de su padre y su madre jamás quiso hablar del asunto.
Las historias actuales, de las
relaciones entre Clarence, Iniko, Laha y poco después, su prima Daniela, junto
con sus padres y antiguos amigos, se mezclan con la hermosa historia de amor
entre Kilian y Bisila. Una historia que, aunque pueda parecerlo, tuvo un final
feliz, pues ambos supieron que seguían amándose en la distancia.
Una preciosa novela de amor y una historia
de hace apenas unos años, cuyo contexto histórico investigaré para entender
bien.
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