Camilla Läckberg vuelve con
una protagonista muy peculiar. Mina es una policía con muchas manías, lo que la
convierte en una compañera de trabajo muy complicada. Cuando un caso se vuelve
muy complejo, recurre a un mentalista para que ayude a meterse en la cabeza de
un asesino que mata imitando juegos de magia. Cajas mágicas que se convierten
en mortales, juegos de armas que acaban mal…
Mina entabla una excelente
relación con Vincent, el mentalista con el que, tras contactar, comprueba que
existe una conexión especial y puede pensar por delante del asesino. Pero todo
se complica cuando los indicios apuntan a la niñez de Vincent. ¿Cómo es posible
que el asesino supiera que Mina iba a pedir su colaboración? El cerco se
estrecha, y finalmente se ven inmersos en una situación límite en la que
necesitarán de todos sus recursos para salir con vida.
Excelente, como siempre
Camilla Läckberg, aunque en esta ocasión en colaboración con Henrik Fexeus.
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