Robin Cook vuelve a introducirnos
en una trama médica con un fondo muy siniestro. Jack Stapleton, médico forense
de la ciudad de Nueva York, diagnostica un caso muy extraño de peste en un paciente
hospitalizado. Un día después, aparece un caso de tularemia, y las enfermedades
infecciosas se van sucediendo llegando a su apogeo con una gripe que parece ser
la misma cepa que la de 1918.
En colaboración con diversas
personas que le van ayudando a avanzar en la investigación, aunque también se
encuentra con otras que interfieren, el doctor Stapleton va intuyendo que hay
algo muy siniestro en el fondo de todas estas muertes. La doctora Laurie Montgomery,
que ya apareció en otro libro de Robin Cook, es un personaje secundario que va
cogiendo protagonismo a medida que avanza el relato.
Mención aparte merece el
carácter de Jack Stapleton, cínico y autodestructivo, debido básicamente al
dolor aún no superado por la muerte de su esposa y de sus dos hijas.
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