Ari Thor es un joven
islandés que, tras decidir cambiar su rumbo estudiantil y laboral, abandona la
carrera de Teología para ingresar en la policía. Encuentra un trabajo en el norte
de Islandia, que para una europea del sur como yo, equivale a encerrarse sin
luz durante varios meses al año. Para él también, pues para un islandés no es
lo mismo vivir en Reikiavik que en los fiordos del norte.
Allí se traslada, dejando
en la capital a su novia, y entra en el mundo de una pequeña población donde
nunca pasa nada… hasta que pasa. De hecho, dos muertes sospechosas en un
intervalo de tiempo muy reducido, harán que Ari Thor deba demostrar sus dotes
policiales casi desde el principio, incluso bajo capas de nieve que han aislado
el pueblo del resto del mundo.