Leí esta novela hace cerca
de cuarenta años (y no exagero, pudo ser en el año 86), y con ella descubrí a
uno de los magos de la novela. Ken Follet crea unos personajes magníficos, y perfectamente
creíbles, que se unen en un momento clave para interpretar cada uno de ellos el
papel que les había sido asignado.
El papel del malvado espía
alemán, listo y despiadado, que necesita a toda costa escapar y ha sido
entrenado para matar, pero no puede. No puede matar a la joven madre, esposa y
apasionada, ingenua y valiente, y que no duda en ponerse en peligro para salvar
a su país. Que no puede ser salvada por su esposo, hombre trágico y víctima de
la mala suerte, fuerte y desgraciado. A la que tampoco puede ayudar el policía
centrado en su trabajo, amante desgraciado de una heroína, que aprenderá a
admirar su valentía.
Una pequeña joya de la
novela de espías.
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