Agatha Christie introduce a
Hércules Poirot de manera tangencial en esta novela, donde nuestro detective
favorito es un simple consejero del protagonista principal.
Una joven es requerida para
trabajar como taquimecanógrafa en una casa, y se le dan instrucciones para
entrar en la casa si no hay nadie que le abra. Pero cuando la joven entra, se
encuentra un cadáver en el salón. Además, en dicho salón se encuentran cuatro
preciosos relojes que marcan las 4.13 horas, y que apenas unas horas antes,
cuando la dueña de la casa (que es ciega) salió de ella, no estaban.
¿Quién es el muerto? ¿Quién
lo ha asesinado? ¿Cómo entró en la casa, que solo estuvo vacía durante apenas
una hora?
Y, sobre todo, ¿por qué otra
joven taquimecanógrafa, compañera de la anterior joven, es asesinada unos días
después? ¿Acaso sabía algo que no debía?
Todos los datos se le darán a Poirot, quien como siempre y magistralmente, encontrará
la solución. Cómo me gusta Agatha Christie.