Mi hijo se empeñó en que
tenía que leerme este libro, para luego comentar quién era quién. No tenía ni
idea de qué trataba el libro, y ha resultado una experiencia interesante.
El autor clasifica a las
personas básicamente en cuatro tipos, y por colores. En función de dos cosas:
que estén centrados en la tarea o en las relaciones interpersonales; que sean pasivos
o activos. Según esto, puedes ser rojo (centrado en la tares y activo);
amarillo (centrado en las relaciones interpersonales y activo); verde (centrado
en las relaciones interpersonales y pasivo); azul (centrado en la tarea y
pasivo). Obviamente todos tenemos un poco de todo, pero el autor manifiesta que
el 80% de las personas son mezcla de dos de estos caracteres.
Además de describirlos, hay
una serie de pautas para tratar a cada una de estas personas, pues el autor
afirma que tratar con nuestros iguales es fácil, pero que no entendemos a los
que no piensan como nosotros (y podemos pensar que estamos rodeados de
idiotas).
Me ha dado qué pensar, pero
no sé si cambiaré en algo mi manera de actuar.
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