martes, 29 de mayo de 2012

El perfume de la Dama de Negro


Gaston Leroux, en la segunda parte de la maravillosa novela El misterio del cuarto amarillo, trata de “cerrar el círculo”. Si lo consigue o no, es discutible. En esta ocasión, el misterio no es cómo salió el asesino de un recinto cerrado, sino cómo entró la víctima en dicho recinto, no menos cerrado que el cuarto amarillo.
Los mismos personajes del relato anterior, junto con algunos nuevos (varios de ellos totalmente innecesarios y algunos no), y de nuevo Rouletabille trazando el círculo para descubrir dónde está el asesino, bajo qué piel se esconde y cuáles son sus maquiavélicas intenciones.
Todo ello bajo la sentimental historia del reencuentro entre madre e hijo, asunto del que podría haber sacado más partido. Para esta novela de continuación, sólo puedo decir algo que no siempre es cierto pero aquí va como anillo al dedo: nunca segundas partes fueron buenas.

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