Una vez más, Mary Higgins Clark pone a una mujer en una situación
límite. Esta vez, la protagonista es Celia Nolan, quien vive bajo un nombre
ficticio después de haber sufrido, a los diez años, un horrible trauma: mató a
su madre al intentar defenderla de su exmarido, que trataba de asesinarla.
Celia tiene una vida feliz, con su segundo marido y su hijo de
cuatro años. Pero todo comienza a torcerse cuando su marido, por sorpresa,
decide regalarle una casa que, por casualidad (o no) es la casa donde ella vivió
de niña y donde sucedió todo. Poco después de llegar ella a la casa, comienzan
a sucederse los crímenes a su alrededor, evidentemente relacionados con el
pasado.
Muchos personajes en la trama: la agente inmobiliaria, el
jardinero, los investigadores, antiguas vecinas… y todos relacionados, de una
manera u otra, con los hechos que acabarán llevando a la protagonista a un
final angustioso.
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