Frederick Forsyth nos sumerge con esta novela en un entramado político-terrorista
con el fin de derrocar al gobierno democrático británico, convirtiéndolo en uno
de extrema izquierda afín a la URSS de los años ochenta. La trama es perfecta,
desde el primer informe del traidor Philby en Moscú o las sospechas de John
Preston en Londres, que alertan de esta posibilidad.
La estrategia es buena: el estallido de una pequeña bomba nuclear
en Inglaterra, en vísperas de las elecciones generales, sería considerado un
accidente nuclear, y la opinión pública optaría por volcarse a la izquierda
para propiciar un desarme unilateral. Un asunto que vulneraría por completo el
cuarto protocolo, firmado por ambos países para garantizar la seguridad.
Un agente soviético de primera categoría se ocuparía del asunto.
Y a punto está de conseguir saltar en pedazos la democracia británica. Pero
Preston, sabueso sagaz, con una pequeña ayuda desde el otro lado del bloque,
consigue desenmascarar todo el asunto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario