Stephen King tiene
una habilidad especial para elegir un pueblo normal y convertirlo en un
infierno. Lo ha hecho en muchas ocasiones, y en ésta, con La tienda, consigue hacerlo una vez más.
En un pequeño
pueblo, Castle Rock, se abre una nueva tienda, Cosas necesarias. En principio, parece una tienda de curiosidades,
pero rápidamente el lector comprueba como el señor Gaunt, dueño de ella, hace
unas transacciones bastante dudosas. Objetos que deberían ser carísimos los
vende a precio de ganga, siempre a cambio de la promesa de gastar una pequeña
broma a algún otro miembro de la comunidad.
Estas bromas generan
primero malestar, después desazón, y finalmente consiguen que en Castle Rock se
instale el caos. Sólo escapa de este caos el comisario, Alan, que convive con
su dolor personal, pero que finalmente verá cómo el mundo se desmorona a su
alrededor.
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