Agatha Christie nos
sumerge en una atmósfera de irrealidad. Diez desconocidos aparecen en la isla
del Negro, al parecer invitados por una familia desconocida, los Owen. Cuando
llegan allí se encuentran que sus anfitriones no están y que su estado de
aislamiento es perfecto con respecto a la costa de enfrente.
Una canción
infantil, Diez negritos, que va
eliminando uno a uno a todos los negritos, y una acusación de asesinato (no
castigado) hacia cada uno de ellos, formulada desde el principio, desembocan en
una muerte tras otra. Según van quedando menos “negritos” se van creando nuevas
hostilidades entre los supervivientes. Finalmente, la última joven se ahorca
(como decía la canción) y no queda nadie para contar la historia. ¿Qué ha
ocurrido?
Menos mal que Agatha
Christie no nos deja con la intriga y una carta en una botella nos desvelará el
misterio de esta excelente novela de intriga y muerte.
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