De nuevo, Jane
Austen nos coloca en la sociedad británica del siglo XVIII, de la mano de la
familia Bennet. La protagonista principal es Lizzy, segunda hija de la familia,
inteligente, atrevida y muchas veces impertinente. Su hermana mayor, Jane, es
un modelo de virtud y educación. Sus tres hermanas más jóvenes son la antítesis
de las dos mayores, y su poca cabeza es uno de los asuntos recurrentes en la
novela.
Una mujer sólo tiene
la opción de casarse para ser respetable, si no tiene fortuna, como es el caso.
Unos nuevos vecinos se asientan cerca de la casa Bennet, y todo el afán de la
descerebrada madre es casar al rico inquilino, Bingley, con alguna de sus
hijas. Pero Bingley viene acompañado de su amigo Darcy, quien con su orgullo y
vanidad mortificará a Lizzy. Inmediatamente ella lo cataloga como desagradable
y odioso, y al resolver odiarle y ser con él todo lo impertinente que el decoro
de una joven permita, actúa de tal manera que él acaba enamorándose
perdidamente de ella. Pero los prejuicios que ella arrastra les separarán,
junto con otra serie de desventuras protagonizadas por una de sus hermanas
menores.
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