En esta segunda entrega del
detective Salvo Montalbano la historia se remonta a muchos años atrás, en
concreto a la II Guerra Mundial. Investigando asuntos de la mafia (en concreto
un falso robo en un supermercado, relacionado con tráfico de armas), Montalbano
da con una cueva en medio del monte. Esta cueva tiene escondida otra cueva, y
en ella aparecen dos cadáveres que claramente tienen muchos, muchos años,
acompañados de un perro de teracota que da nombre a esta novela.
A Montalbano le recomiendan desde
las altas instancias que deje el caso, que en todo caso estará prescrito. Pero él
es un perro de presa, y no quiere soltarlo. Cuando es tiroteado y tiene que estar
unas semanas de baja, encontrará el tiempo adecuado para llevar a cabo la
investigación, que le llevará a una preciosa y a la vez espantosa historia de
amor en medio de las bombas de la guerra, en el año 1943.
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