jueves, 31 de marzo de 2016

Un mal nombre



La vida de Lenu (Elena) y Lila (Rafaela) continúa siendo el hilo conductor de esta historia que se desarrolla en Nápoles, esta segunda entrega de la historia que, excelentemente contada por Elena Ferrante, encandila.
Lila se ha casado con dieciséis años, con un hombre adinerado. Parece haber llegado a lo más alto. Pero es infeliz, es muy infeliz. No ama a su esposo, de hecho le desprecia. En unas breves vacaciones de verano conocerá a Nino, antiguo vecino del barrio, y surgirá el amor entre ellos. Lila se arriesga por amor, aunque finalmente volverá, embarazada, con su esposo.
Lenu sigue estudiando, a pesar de la opinión de sus padres, y consigue sacar el bachillerato elemental, luego el bachillerato superior, para terminar en la Universidad, en Pisa. Allí conoce otro mundo, otras gentes, y aprenderá a disimular de dónde viene cuidando exquisitamente las formas y aprendiendo de unos y de otros.

La segunda novela napolitana hace un recorrido por la primera juventud de ambas, una juventud muy diferente pero siempre marcada  por la conciencia que tienen ambas de proceder de lo peor de la sociedad.

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