Malena es una niña, joven, adulta, que nunca se ha encontrado a
gusto en su propia piel. Sensual y apasionada, sus instintos chocan brutalmente
con la educación que recibe de su madre, una niña bien de la sociedad
madrileña.
Malena es educada en la creencia de que su abuelo materno debe ser
odiado; que su tía Magda no hace lo correcto para una mujer. Pero ella siente
que les quiere, y que precisamente es muy parecida a ellos, a pesar de su madre
y de su hermana melliza, siempre formal y guardando la compostura.
Toda su vida se ve marcada por la relación adolescente que mantuvo
con uno de sus primos (nieto ilegítimo de su abuelo) y por la ruptura, dolorosa
ruptura, que tuvo su enamoramiento. En aquella ocasión, su primo le dijo que
había “mujeres para enamorarse y mujeres para follar” y que ella era de estas últimas.
Malena vivirá con eso el resto de su vida, y dará lugar a una novela que he
releído muchas, muchas veces, a lo largo de mi vida, y que nunca me cansa.