Esta novela es contada desde tres puntos de vista diferentes: por
un lado la protagonista del libro, Heidi, es una madre de familia rondando los
cuarenta años, trabajadora en un centro social y siempre preocupada de ayudar
al prójimo. Quizá por eso haya olvidado un poco a su familia, a su marido
Chris, siempre trabajando y haciendo más y más dinero, y a su hija Zoe,
preadolescente casi siempre enfadada.
El segundo punto de vista es el de Chris, marido que va viendo sin
darse cuenta cómo su esposa va perdiendo el norte cada vez más, mientras él se
aleja y viaja en busca de nuevos negocios.
El último punto de vista es el de Willow, de quien sospechamos que
en realidad no se llama Willow. Ella es la chica indigente, desconocida, con un
bebé en brazos, a quien Heidi mete en su casa con el fin de ayudarla, sin saber
nada de su vida, y que desencadenará la crisis nerviosa que Heidi no podrá
controlar.
Una novela que engancha desde el minuto uno, pues nos fascina
conocer los secretos de la joven Willow.