sábado, 19 de septiembre de 2020

El enigma de la habitación 622

 


Joël Dicker me ha emocionado con sus novelas anteriores, pero he de decir que con esta me ha decepcionado.

La historia, en sí, no es mala. Contada en primera persona, narra las dos semanas que transcurren en la vida de un joven escritor que reside en Ginebra (es decir, el propio Dicker). Estando en un hotel, descubre que la habitación 622 no existe, sino que la han llamado 621 bis. Junto con una joven que también pasa unos días en el hotel, Scarlett, tratarán de comprender por qué. Sobre todo, se sentirán intrigados cuando desde la dirección del hotel traten de mentirles al respecto. Porque en la habitación 622 se produjo un asesinato hace muchos años, y nunca se supo quién fue el asesino.

Con continuos cambios en el tiempo (quince años atrás, dos meses antes del asesinato, un año después del asesinato…), Dicker consigue despistarnos. No he conseguido encontrar el hilo conductor, y lo que es peor, no he conseguido emocionarme con ninguno de los personajes (ni el escritor, ni su amiga, ni los actores del criemen…). Dicker va contando también la historia de su editor, rindiendo homenaje a un hombre consagrado en el mundo editorial francés y que falleció en 2018. Quizá si aún viviera no le habría permitido publicar esta novela…

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